Ya somos conscientes que debemos calibrar nuestros instrumentos de medición para poder confiar en la calidad de sus mediciones y tener confianza en los procesos en los que participan, también tenemos presente que esas calibraciones deben hacerse periódicamente en intervalos calculados y claramente definidos, posiblemente ahora calculamos las posibilidades de realizar nuestras propias calibraciones. Tenemos instrumentos, sabemos hacer mediciones, así que ¿por qué no hacerlo?
¿Qué elementos se requieren para hacer una calibración?
Para calibrar nuestros instrumentos, si nos dejamos guiar exclusivamente por la definición de calibración (ver blog), vamos a necesitar solamente un instrumento patrón y unos medios accesorios para conectarlos. Un momento, ¿es así de fácil? Aparentemente sí, pero cuando comenzamos a profundizar en el procedimiento y tratamos de preparar la prueba nos vamos a encontrar con unos cuantos obstáculos.
Entonces, algunas de las primeras dudas que pueden surgir son ¿Cuál es el patrón? ¿Puedo usar como patrón mi instrumento más nuevo? ¿Puedo calibrar un equipo contra otro de la misma exactitud? Y así podríamos contabilizar muchas más.
Una respuesta a todas estas dudas proviene de entender que una calibración requiere más que solo contar con un instrumento al que llamamos “patrón”: un listado sencillo de puntos requeridos para realizar una calibración incluye, entre otros, procedimientos, personal calificado, instalaciones, condiciones ambientales y magnitudes de influencia controladas, conocimiento en las magnitudes a calibrar, conocimiento en las fuentes y manejo de incertidumbre, trazabilidad de las mediciones, procedimientos que garanticen confianza y validez de los resultados, garantía de repetibilidad y reproducibilidad de las mediciones y más.
¿Y si consigo todo eso?
Pues bien, si consigue poner juntos todos esos puntos y las demás condiciones que surgen con el conocimiento de cada magnitud independiente que desee calibrar, entonces ha logrado montar y poner a funcionar un laboratorio de calibración. Nada más le resta que un evaluador experto e independiente compruebe que ha logrado cumplir con todos ellos a cabalidad, y no olvide que deberá mantener todos esos altos estándares de calidad a lo largo del tiempo para seguir confiando en sus procesos.
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